Archivo mensual: diciembre 2012

LA VENCEDORA EN GIBRALTAR

Viene este artículo nº 42 -que tal vez sea último del año- a cuenta del incidente naval anual de nuestra Armada por excelencia, excluidas las escaramuzas somalíes, ya en plana decadencia. Nos referimos a la supuesta «incursión», «asalto» e incluso «invasión» de las aguas gibraltareñas por parte de la corbeta -hoy patrullero- VENCEDORA el pasado 8 de noviembre denunciado por los tabloides británicos, el pseudo-gobierno de La Roca y hasta el mismo ejecutivo del señor Cameron -sólo le falla la «e» para ser leyenda del flamenco- que llegó al inusual extremo de llamar al embajador español, -señor Trillo- a consultas. Como éste mismo no podía haber dicho mejor, la cosa «manda huevos».Explicaremos por qué.

La pérfida Albión acusó a la venerable VENCEDORA de «violar» las 3 millas de sus aguas jurisdiccionales; antes de entrar al tema, valga un pequeño inciso: el abra de la bahía de Algeciras, entre las puntas de Europa y Punta Carnero, mide 4,2 millas, promediando 3 millas entre los diques de abrigo de Algeciras y Gibraltar que dejan el resto del «saco» de la bahía con sólo 2,5. En otras palabras, si los antaño prepotentes «british» -ahora sólo en Gibraltar- pretenden mantener sus 3 millas, se nos apoderan hasta del carrito de los helados de San Roque. Así que, como la legislación precisa, hay que promediar, o sea, que resulta un rectángulo de 2 millas en el abra estrechándose a 1,5 en el entrepuertos a todo lo largo del Peñón, unos 15 km. cuadrados apañaicos puesto que el aeropuerto fue ilegalmente construido durante la Guerra Civil española en zona neutral, aprovechando que estábamos «fuertes» y lo teníamos todo muy claro.

Esto quiere decir que, de acuerdo con lo que Gibraltar pretende sustentar legalmente, puede ocupar este área que representa un cuarto de la bahía de Algeciras, siempre aprovechada por numerosos barcos en espera de atraque para no pagar derechos de puerto en La Roca. De modo que la «servidumbre de paso» queda relegada a la parte española, que los británicos siguen permanentemente constriñendo al ocupar como fondeadero el saco de la bahía, prolongando tambien unilateralmente sus obras terrestres y acosando y molestando a los pesqueros de Algeciras tanto como el ministrillo Picardo cree que se puede permitir. Por si todo esto fuera poco, el Tratado de Utrech no reconoce soberanía alguna de las aguas del Peñón, que aún son, como siempre han sido, españolas.

En consecuencia, la VENCEDORA, un barco español en uso de sus atribuciones debe y puede navegar dichas aguas sin que una canoa petardilla de la Royal Navy de nombre SCIMITAR salga a toda velocidad de La Roca para saltarle al cuello como un fox-terrier a un Gran Danés. Tristemente, a ningún barco español se le permite nada semejante -Zapaterunt in memoriam- a no ser que… . Lo que hacía la VENCEDORA era expulsar de la bahía a dos mercantes que se disponían a hacer trasvase de petróleo (el célebre «bunkering») en contra de las disposiciones de Conservación Medioambiental Europea, y que debían habérsele pasado por alto a la celosa SCIMITAR tal vez por algún problema de «miopía inducida» por el ejecutivo del señor Picardo, que llegó a colgar la «pasada en caliente» de la VENCEDORA en You Tube, olvidendo especificar por qué lo hacía. Lo indignante es que un barco español reprimiendo ilegalidades medioambientales en la bahía de Algeciras tenga que dar explicaciones de lo que hace: lo que el ejecutivo británico deja que el gibraltareño pase por alto hacer, incumpliendo flagrantemente con sus obligaciones.

Esto, que es normalidad en la bahía con casos mucho más graves como persecuciones a narcotraficantes por la Guardia Civil, debería haber sido solucionado hace años mediante el convenio correspondiente, pero parece que encuentra oposición en el gobierno de La Roca, obstinado, digámoslo con toda claridad, en convertirse en nido cómplice de delincuentes, piratas y ladrones. Así que no estaría nada mal que Londres y Madrid empezaran a habilitar recursos para llevar por el buen camino a estos nenes maleducados y malcriados, para que dejen de encubrir y proteger ilegalidades con la complicidad de la Navy o, en vez de la VENCEDORA, habrá que traerse los buques de Atalanta para que operen aquí como contra los piratas somalíes.

Lo decimos muy en serio: o Gibraltar se corrije o habrá que empezar a pensar en su fumigación y limpieza dentro del espacio europeo. La soberanía es tema que queda más lejano: de seguir las cosas por el rumbo actual, lo único que puede evitar a Cataluña tener fronteras con la expansión Gibraltareña («Al sur de Granada») será la Comunidad Murciana; allí ambos han dado con hueso duro, sí señor.

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OTRO DIA TRISTE

Estaba claro. Tenía que suceder porque el tiempo no pasa en balde. Desde luego, podemos soportar centenares de ruinosas empresas públicas, televisiones para-estatales propagandísticas, rescates de cajas naufragadas y millones de incontables prebendas políticas, pero a él, no. Hablar de 100 millones de euros para mantenerlo dignamente en servicio otros diez años era implanteable; hablar de miles de millones para sostener absurdos chiringuitos que, de todas formas, se irán al agua o nos la clavarán por la espalda, es algo incuestionable, por supuesto, hay que pagar. Así, el liquidador de turno, por otro nombre Ministro de Defensa, ha decretado el mes pasado su desguace. Podía haber sido peor; la anterior ministra, más interesada en la escalada -y no precisamente de montaña- quería habérselo vendido a cualquiera, preferentemente un país del Tercer Mundo, con tal de quitárselo de encima.

Nos referimos, desde luego y como ya se habrá supuesto, al portaaeronaves PRINCIPE DE ASTURIAS, ese barco que con mayor o menor acierto ha venido representando a nuestra Armada durante casi un cuarto de siglo y que a pesar de tener todavía dos lustros potenciales de vida por delante, vamos a tirar, como nuevos ricos, a la basura. Ya no hace falta, pues tenemos un sustituto, el catafálquico JUAN CARLOS elecropropulpodazimutalsado, barco sin timón, segura perdición, barco sin timones, tócate los… Pero así es el lujo y la modernidad. En este barco nos venden que se ha metido un portaaviones, y, además, un barco de proyección ¿para qué queremos ya el costoso viejo?. Que el «padre» sustituya al «hijo» -anacronismo que plantea serias dudas en la realidad, pues, teniendo en cuenta la categoría de cierto cuñado, es dudoso que el Príncipe real llegue a reinar- y ya está.

Hemos olvidado muy deprisa -como siempre- lo que fue el PRINCIPE en su día. Heredero de aquel vetusto transporte de hidroaviones DEDALO que vió la suelta de nuestra aviación naval, y el primer aterrizaje de un aparato VTOL -vertical take off and landing- en un barco, el autogiro La Cierva nada menos, y del muy posterior, 30 años despues, portahelicópteros DEDALO ex-CABOT yanqui que luego operó y sentó doctrina en el continente con aviones de aterrizaje y despegue vertical, el PRINCIPE, botado en el 82 y entregado en el 88 fue como una luz en en mar de viejos barcos americanos o copias de proyectos EEUU en que estaba convertida la Armada de los años 70 y 80, a modo de la Armada de Taiwan o la Coreana.

El PRINCIPE DE ASTURIAS representó, con todas sus sombras, que España volvía a ser capaz de construir barcos de última generación con proyectos propios y bien desarrollados. Un proyecto apasionante de ingenieria, y una realidad que, puesta a punto día a día gracias a la experiencia del viejo DEDALO, hasta los EEUU reconocieron excelente, para envidia de ingleses e italianos, cuyos proyectos similares se quedaban muy atrás. Luego se vendió un gemelo, vinieron las fragatas F-100, vendidas a Noruega y Australia, y un largo etc., hasta que España llega a lo que es ahora, un país donde se hacen de los mejores barcos del mundo, a pesar de crisis y complejos.

«Los españoles saben hacer barcos, pero no saben hacer hombres», decía Nelson. Puede que en eso tenga algo que ver el no haber creado, a la vez que los barcos, una cultura de amor a la mar y sus gentes como en otros países; si cuando decidimos prescindir de un barco útil lo hacemos endosándoselo a cualquier «matao» o remitiéndolo al desguace, es que nuestra cultura naútica falla por completo. ¿Y convertirlo en museo?¿Tan caro sería?. No creo que pasara de los 6 o 7 millones de euros. EEUU esta literalmente repleto de barcos conservados, museos, reproducciones (por no hablar, como siempre, de los ingleses). Tal vez por eso sean los mejores del mundo en ésto. Aquí, en España, desguazamos el CANARIAS, a la GALATEA sólo la salvaron los escoceses viniendo al rescate in-extremis, y el ELCANO, que se vaya preparando con este Ministro.

Sólo he visto dos veces el PRINCIPE, sucesor del glorioso barco de Gravina en Trafalgar. Una fue en Almería, otra en el puerto de Alicante; mi impresión: era -es aún- muy bonito. Comparado con el apaño del primer DEDALO, y el «embutido» del segundo, nacido como crucero ligero, el larguísimo PRINCIPE es muy estilizado y bello, bueno para la mar. Y no digamos comparado con la «caja de zapatos» del JUAN CARLOS. Vamos de lo bueno y bello a lo práctico y feo: es nuestro sino, qué le vamos a hacer.

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